Meditación y Salud Mental: No Todas las Prácticas Son Adecuadas para Todas las personas

La meditación es ampliamente recomendada como una herramienta para el bienestar, pero no es buena en sí misma en todos los casos. Cuando trabajamos con salud mental desde la yogaterapia, es fundamental entender que algunas técnicas pueden ser inadecuadas e incluso contraproducentes, especialmente en personas con trastornos disociativos, altos niveles de estrés traumático y otros desequilibrios.


En este artículo, revisaremos por qué la meditación no es universalmente beneficiosa, qué prácticas pueden ser perjudiciales en ciertos contextos y cómo adaptar el enfoque desde la yogaterapia.

¿Por qué la meditación no es buena en sí misma?

La meditación es una herramienta maravillosa, pero su efectividad depende del contexto y la persona que la practica. En la tradición del yoga, muchas prácticas de meditación buscan "disolver el yo", alcanzar el vacío o trascender el cuerpo y la mente. Si bien esto puede ser positivo en algunos casos, en personas con trastornos disociativos, estrés postraumático o ansiedad severa, puede generar un efecto contrario al deseado.


Para algunas personas, especialmente aquellas que ya experimentan desconexión con el cuerpo, una práctica que refuerce el vacío o la disolución puede agravar la sensación de irrealidad y pérdida de identidad. En estos casos, el enfoque en la salud mental requiere adaptar la práctica para fomentar la integración y la presencia corporal.

Técnicas que pueden ser contraproducentes en salud mental

Si bien estas prácticas tienen un valor en otros contextos, en la yogaterapia enfocada en salud mental, pueden no ser recomendadas, al menos en las etapas iniciales del trabajo terapéutico:


Visualizaciones abstractas: Guiar la mente a estados alejados del presente puede reforzar la disociación en personas que necesitan habitar su cuerpo.

Pranayamas tradicionales sin práctica previa: Respiraciones intensas o retenciones pueden generar hiperventilación o ansiedad si no se han trabajado bases de regulación.
Repetición de mantras tradicionales: Algunas personas pueden sentirse confundidas, incómodas o desconectadas con prácticas tan abstractas. Esta maravillosa práctica que busca el Samadhi debe ser utilizada con consciencia y respeto en contextos de desequilibrios de salud mental.


Importante: No se trata de descartar estas técnicas completamente, sino de reconocer que no son apropiadas en todos los casos y que la yogaterapia selecciona cada herramienta con un objetivo terapéutico específico.

El enfoque de la Yogaterapia en Salud Mental

Desde la yogaterapia aplicada a la salud mental, cada técnica se escoge con un objetivo terapéutico específico. En una primera etapa, el enfoque suele centrarse en la reducción del estrés y la regulación del sistema nervioso. Para lograr esto, es fundamental que la persona:

· Desarrolle una relación segura con su cuerpo.

· Aprenda a regular su respiración sin generar ansiedad.
· Tenga anclajes físicos en su práctica en lugar de técnicas que la desconecten.


Prácticas recomendadas para un enfoque terapéutico en salud mental

· Atención plena en el cuerpo: En lugar de visualizaciones abstractas, se prioriza la conciencia de las sensaciones físicas, como la temperatura de la piel, el peso del cuerpo en el suelo o el contacto con la respiración.

· Movimiento consciente: A diferencia de la inmovilidad prolongada en la meditación tradicional, se integran movimientos suaves y rítmicos para mejorar la conexión con el cuerpo.

· Respiración reguladora y sin retenciones forzadas: Se prefieren técnicas como la respiración baja (diafragmática) y la respiración consciente sin modificaciones abruptas.

· Anclajes sensoriales en el presente: En lugar de inducir "estados alterados de conciencia", se utilizan herramientas que refuercen la percepción del "aquí y ahora".

¿Cómo saber qué técnica aplicar en cada caso?

Si trabajas con yogaterapia en salud mental, recuerda siempre hacer una evaluación previa de las necesidades de la persona antes de aplicar cualquier técnica. Aquí algunas pautas para adaptar la práctica:


· Personas con ansiedad o estrés elevado: Evita prácticas de pranayama avanzadas o meditaciones prolongadas en quietud. Opta por respiración baja y movimientos rítmicos. Fomenta la autonomía y la autoescucha.


· Personas con disociación o trauma: Prioriza la atención plena y el movimiento consciente y evita técnicas que promuevan la disolución del yo o la desconexión de la realidad. Cultiva la autonomía y crea un espacio seguro.


· Personas con algún trastorno depresivo: Introduce movimientos suaves antes de prácticas estáticas. No utilices lenguaje que minimice el dolor comoz, por ejemplo, "todo es cosa de actitud" o "échale ganas"

En todos los casos es relevante crear un contexto terapéutico en donde la persona pueda conectar con su propia experiencia en un espacio seguro y cuidado.

ESTAS TÉCNICAS NO REEMPLAZAN LOS TRATAMIENTOS

Conclusión

No todas las prácticas de meditación son adecuadas para todas las personas. Desde la yogaterapia enfocada en salud mental, el primer objetivo es utilizar herramientas que fomenten la integración y la conexión con el cuerpo, en lugar de técnicas que puedan aumentar la desconexión o la disociación.


Si eres instructora de yoga con vocación terapéutica, recuerda que cada técnica debe elegirse con un propósito claro, adaptado a la necesidad de la persona que tienes frente a ti.


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