Como instructoras de yoga, una de nuestras responsabilidades más importantes es guiar a nuestros estudiantes hacia una práctica que les permita explorar, adaptarse y apropiarse de su experiencia personal. Fomentar la autonomía en nuestras clases no solo promueve un mayor compromiso, sino que también refuerza el respeto por los límites y ritmos individuales, generando un impacto positivo en la vida más allá del mat.
Crear un espacio seguro
Todo comienza con un entorno donde cada estudiante se sienta respetada, vista y cuidada. Un espacio seguro es aquel donde no hay juicios ni expectativas rígidas. Como docentes, debemos generar confianza desde nuestras palabras, gestos y propuestas, asegurándonos de que cada persona sepa que puede practicar desde su propia capacidad y experiencia.
Ofrecer opciones y permitir decisiones
La autonomía se fomenta al brindar alternativas en las posturas o ejercicios. Por ejemplo, si estamos trabajando una torsión, podemos ofrecer opciones con bloques o versiones más suaves, dejando claro que todas son iguales de válidas. Estas opciones permiten que cada estudiante decida qué es lo mejor para su cuerpo en ese momento, reconociendo su sabiduría interna.
"Es tu práctica, hazla tuya"
Insistir en que la práctica es personal es esencial. Frases como “Si necesitas descansar, hazlo sin dudar” o “Adapta la postura para que sea cómoda y segura para ti” invita a los practicantes a escuchar su cuerpo y responder desde el cuidado. Este enfoque elimina la presión por “hacerlo perfecto” y fortalece el vínculo entre la persona y su práctica.
Del Mat a la Vida Cotidiana
El yoga no termina cuando dejamos el mat. Como instructoras, podemos incitar a nuestros estudiantes a llevar la práctica al día a día, sugiriendo ejercicios breves que fomenten la conexión cuerpo-mente. Por ejemplo:
La Autonomía Como Pilar de Crecimiento
Cuando facilitamos un espacio que fomenta la autonomía, estamos contribuyendo a que nuestras estudiantes se sientan más conectadas con su cuerpo, sus emociones y su práctica. Esta relación de confianza y cuidado no solo enriquece su experiencia en el yoga, sino que también les brinda herramientas para aplicar estos aprendizajes en su vida cotidiana, fortaleciendo su bienestar integral.
Como docentes, nuestro rol no es imponer una forma de practicar, sino guiar desde el respeto y la empatía para que cada estudiante se sienta libre de explorar y crear su propio camino en el yoga.
Les compartimos un breve video para reforzar
algunas sugerencias para el uso del lenguaje en nuestras clases de Yogaterapia con foco en la autonomía
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